miércoles, 16 de septiembre de 2009



FRIEDICH KAINZ "LA ESENCIA DE LO ESTÉTICO"


¿Que quiso decir Kant cuando afirmo: "La complacencia que determina los juicios del gusto es ajena a todo interés. Llamamos interés a la complacencia que lleva aparejada para nosotros la representación de la existencia de un objeto”? A partir de las diferentes lecturas y desde mi punto de vista tal conceptos como la belleza, lo sublime, lo feo o la disonancia; Tienen hoy día diferentes definiciones pero en si la complacencia de la percepción trata de las emociones provocadas por un objeto, por una melodía, una exposición de arte o teatral, o simplemente una canción que provoca en las personas alguna clase de sensación de disfrute en los sentidos.


Las emociones estéticas enjuician desde la intuición o la reflexión. Por ejemplo un objeto artístico, No se reduce a decir si algo es bello o no, sino que existen otras categorías estéticas que lo definen y diferencia pero esto varia de la persona que lo admire, la sociedad, la cultura a la cual pertenece, el objetivo que busca, en general este tema es subjetivo a cada quien.


Desde mi punto de vista lo bello o lo feo se relaciona en las emociones, las percepciones en conclusión con los sentidos al mismo tiempo se puede decir que la estética es un arte excepcional para admirar las cosas objetos o hasta personas pone a reflexionar con mucho interés las cosas más cotidianas de la vida diaria.


El hombre llega verdaderamente hacer autentico y creativo, bajo los parámetros de la estetica en él mismo momento que comienza crear su mundo y apropiárselo en el seno del mundo por él reflejado. Pues no puede surgir un mundo en la obra de arte más que si los detalles y su vinculación suscitan en el contemplador la vivencia de una inagotabilidad comparable con la de los objetos y sus interacciones en la vida real, y exacerban y condensan esencialmente frente a ésta aquella emoción. Porque en la realidad cada objeto prueba con su existencia misma sus relaciones con los demás, la ley que rige su movimiento, su existencia también.


En la vida real todo eso no necesita prueba alguna, pues el hombre de la cotidianidad aprende por sí mismo a respetar el ser de cada ente. El conocimiento o la vivencia de la infinitud de las determinaciones de los objetos, de sus relaciones, es sin duda también en la vida cotidiana una componente importante de la correcta actitud de los hombres para con la realidad objetiva. Pero sólo con el arte —y sólo en él— esa inagotabilidad de las propiedades, de las relaciones, de ver las cosas mas allá de un fin, o un objetivo hacia algo, solamente con una mirada desde la esencia no visible por el ojos si no por los sentidos, se convierte en principio constitutivo y, al mismo tiempo, en criterio de la existencia (en el sentido de la estética).

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